¿Para qué sirve la crema de caléndula?

Su beneficio para la cicatrización de las heridas es una de las principales aplicaciones de la crema de caléndula, pues sus flavonoides y propiedades regenerativas le permiten a la piel recuperarse de manera más rápida y profunda, al ayudar a cerrar el proceso de renovación tisular sin dejar rastros de la cicatriz o herida, si esta es aplicada constantemente y en acompañamiento con una correcta atención inmediata del trauma causante, un tratamiento efectivo y una alimentación correcta que brinde los nutrientes a la piel para poder reponerse.

Una mascarilla de caléndula o la aplicación de la misma permite acabar con el acné y acumulaciones indeseadas de grasa, al arrancar esta de los poros. Para poder alcanzar este efecto, es mejor usar agua tibia o vaporizadores que ayuden a abrir los poros. De esta forma el trabajo será más completo.

Por otra parte, los nutrientes y antioxidantes de la caléndula nutren la piel, haciéndola más resistentes a los daños externos de la contaminación, excesiva exposición al sol, y reduciendo los efectos visibles de futuras picaduras, quemaduras e irritaciones.

Ante gran variedad de eccemas y heridas de origen externo, la caléndula ayuda a desinflamarlas y devolverlas a su estado natural. Cabe destacar que es diferente (y adicional) al efecto descrito en el primer apartado, pues no es necesario que exista una cicatriz o rotura de la piel para que se produzca una inflamación o un eczema en la piel. La crema de caléndula es uno de los productos más seguras contra los eccemas debido a su muy suave impacto, por lo que es utilizada incluso en la piel de los bebés.

Como medida complementaria para mayor efectividad, podemos recurrir a una infusión de esta misma flor y sobar con ella el área golpeada o donde se encuentren eczemas. Luego seca y aplica la crema.

El poder de la caléndula se extiende incluso al tratamiento complementario de tumoraciones. Dichos beneficios se destacan en su consumo a través de infusión, significando que benefician no sólo a la piel sino contra muchos otros tipos de tumoraciones. En caso de melanomas, puedes aplicar estas cremas bajo supervisión y previo permiso del especialista como una alternativa, o en caso de que seas propenso a dicha afección debido a historia familiar, puedes tomar el hábito de usarla.

Gracias a las propiedades antibióticas de la planta, la crema de esta flor o las hojas machacadas de caléndula en cataplasma son frecuentemente utilizadas para combatir verrugas, ya sea en manos, pies, genitales u otras partes de la piel. De forma similar, ayuda a combatir la hiperqueratosis (callos) al asistir en la limpieza y destrucción de las células muertas, los excesos de queratina acumulados y los posibles microbios y otros microorganismos que estén invadiendo dicha zona. También es considerablemente efectivo como remedio contra hongos en los pies.

Este efecto no podía faltar y es que resulta ser la raíz y fin de todos los demás. La mezcla de los efectos antioxidantes, nutritivos y rubefacientes de la caléndula permiten que la piel se nutra mejor y pueda en primer lugar, deshacerse de las células innecesarias e impurezas y en segunda instancia, dar paso a tejidos nuevos y de mayor calidad. Esto permitirá, junto a una alimentación y estilo de vida saludable, que se mantenga la elasticidad y frescura de tu piel, reduciendo así los riesgos de arrugas y dándole una mayor juventud a tu imagen y una suavidad a la piel que te rodea.

Cabe destacar que existen distintos productos de caléndula, y algunos pueden ser un engaño o lo que es lo mismo, con un porcentaje de caléndula muy bajo y con otros ingredientes que anulan buena parte de sus efectos. La alternativa más segura, saludable y efectiva es realizar la mezcla de la crema por ti mismo, usando hojas y flores frescas, en combinación con miel, aceites vegetales (aguacate, coco u oliva) y alguna manteca como las de karité o de cacao para la piel.

Para poder hacer una crema de caléndula vas a necesitar un litro de aceite de almendra o de oliva, 125 gramos de cera de abejas y 300 gramos de flores frescas de caléndula. Las flores pueden ser también secas, y si las eliges así te bastará con 100 gramos. Pon las flores en un recipiente con el aceite y caliéntalo a fuego lento pero sin dejar que llegue a hervir. Es importante que no hierva ya que se perderían los activos de las flores.

Cuando esté listo, cuela el aceite y ponle la cera (que previamente tendrás que haber fundido al baño María). Puedes agregar unas gotitas de manzanilla o lavanda si quieres para que también tenga propiedades descongestivas. Cuando toda la mezcla esté fría pásala a un frasco. Después ya te la podrás aplicar, dejarla reposar 15 minutitos y aclara con agua tibia.

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