Consejos para reducir el estrés

En situaciones normales sin estrés se utiliza el 90% de la energía de las células del cuerpo para llevar a cabo su metabolismo de reparación, renovación y formación de nuevos tejidos. Sin embargo, al presentarse una situación de estrés el cerebro envía un mensaje a las glándulas adrenales, que se encuentran en los riñones, para que liberen la hormona del cortisol. El cortisol permite que el organismo libere glucosa en la sangre y así poder producir grandes cantidades de energía para los músculos.

Así pues, durante este episodio de estrés todas las funciones que realizaban las células de recuperación, renovación y creación de tejidos nuevos se ven paralizadas para poder resolver esta situación de alarma. Por esta razón, la prolongación de dicho estado durante un largo período puede conllevar problemas para la salud.

Los factores de riesgo y causas de mayor estrés son:

• Problemas en el trabajo.
• Empezar un nuevo empleo.
• Problemas familiares.
• Muerte de un cónyuge o familiar cercano.
• Mudanza.
• Problemas de dinero.
• Jubilación.
• Despido.
• Tener problemas de salud graves.

El estrés puede desencadenar una serie de síntomas físicos y emocionales. Como se trata de problemas comunes, normalmente no se piensa en relacionarlos con el estrés. En cuanto a los indicadores físicos encontramos:

• Diarrea o estreñimiento.
• Mala memoria.
• Dolores y achaques frecuentes.
• Migrañas.
• Falta de energía o concentración.
• Problemas sexuales.
• Rigidez en el cuello y tensión en la mandíbula.
• Cansancio.
• Malestar de estómago.
• Pérdida o aumento de peso.

En la vertiente emocional, se incluyen los siguientes síntomas que puede ser causados por estrés:

• Falta de sentido del humor.
• Irritabilidad constante.
• Sentimientos de ira.
• Ganas de llorar.

A pesar de que no existe un tratamiento o remedio definitivo para erradicar la sensación de estrés, existen una serie de consejos que podemos tener en cuenta para poner todo de nuestra parte y poder manejar el estrés:

• Dormir un mínimo de entre 7 y 8 horas. En caso de trastornos de sueño, la passiflora o valeriana pueden ser una solución para descansar bien.
• Realizar actividad física intensa. No solo disminuye la hormona del estrés, el cortisol, sino que nuestro organismo libera endorfinas. Las endorfinas son unas sustancias químicas que nos hacen sentir bien y potencian nuestro estado anímico de forma natural. En este artículo te revelamos los alimentos que aumentan las endorfinas.
• Practicar deporte que implique mayor conciencia corporal y equilibrio. Se recomiendan actividades como el yoga o el tai chi porque generan las llamadas ondas alfa, ondas electromagnéticas de baja intensidad que ayudan a alcanzar el estado de relajación y reposo.
• Levantarse con tiempo por las mañanas.
• Personalizar tu lugar de trabajo. Es esencial que te sientas cómodo y habilitar tu espacio para que te sientas a gusto, lo más parecido posible a la sensación de estar en casa.
• Redistribuir, ordenar y limpiar la habitación. Procura que tu habitación sea tu santuario donde puedas evadirte y sentir como zona de confort. Reorganizar la distribución puede ayudar a ver las cosas de otra perspectiva y resolver los problemas que te preocupan con más facilidad y distancia.
• Dividir las grandes tareas en pequeños objetivos. Las grandes metas se alcanzan paso a paso, y la suma de pequeños pasos nos llevará a la cima. Es bueno marcarse objetivos, pero mejor si son a corto y medio plazo para que así haya mayor probabilidad que sean asequibles.
• Buscar alguna hora para dedicarla al ocio. Es bueno darse la oportunidad de elegir la actividad que más te apetezca hacer para desconectar, sin sentimiento de culpabilidad alguno por dedicarte a tu tiempo libre.
• Beber mucha agua, zumos e infusiones. Es esencial mantener nuestro organismo hidratado para afrontar situaciones difíciles.
• Evitar el café. Aunque la tendencia general es incrementar el consumo de café en períodos de estrés, son alimentos que deshidratan y resultan perjudiciales, incluso aumentan las probabilidades de que surja el estrés.
• Llevar una dieta equilibrada. Lo que se debe potenciar en épocas de estrés son las proteínas, la vitamina C, zinc, té verde, vitamina A, ginseng y regaliz. Esto implica incluir en la dieta frutas y verduras como las naranjas, arándanos, kiwi y brócoli así como carnes, huevos y pescado.

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